martes, 27 de agosto de 2013

VUELTA AL TRABAJO Y SÍNDROME POSTVACACIONAL


En lo que se refiere a los psicólogos, siempre suele haber un aumento de consultas tras las vacaciones.
En concreto, en septiembre, detrás de este aumento de consultas suele estar lo que mucha gente conoce como Síndrome Postvacacional. Dicho síndrome, se compone de un conjunto signos y de síntomas, los cuales, entre otros, incluyen apatía, nerviosismo, falta de concentración, déficit de comunicación, debilidad o fatiga exagerada, irritabilidad o somnolencia, ansiedad o profunda tristeza.

En resumidas cuentas, y olvidándonos de las etiquetas que tanto nos gusta a veces emplear, es un conjunto de sentimientos, comportamientos, formas de pensar y problemas del día a día, que sumados todos ellos, hacen que no nos veamos con fuerzas de afrontar el cambio.

Aunque menos sonado, esto también suele ocurrir en Enero, aunque en menor medida, tras el parón que se da en Navidades en algunos trabajos.
Cuando regresas al trabajo, todo lo que has dejado aparcado, durante las vacaciones, se acelera y se te echa encima. Además, suele haber trabajo acumulado debido a que no lo hemos atendido por estar de vacaciones.

Que aparezcan estos síntomas va a depender de varios factores.
Como la carga de trabajo que se tenga a la vuelta.
Si volvemos después de un periodo corto o largo de tiempo.
Si disponemos de recursos para afrontarlo.
Si nos hemos organizado antes.

A todo esto, hay que añadir la situación actual del país, ya que se encuentra en plena crisis, lo que añade otra serie de factores que pueden hacer que la vuelta al trabajo se haga más dura. Algunos de estos son;

Que muchos niños ya no comen en el comedor del colegio, dificultando así que sus padres puedan organizarse con los horarios de sus respectivos trabajos.

Hay familias que han veraneado en el pueblo o en casas de familiares, lo que supone una ayuda familiar y económica, como pueda ser al ahorro en comida, y que ahora en su ciudad deberán afrontar solos.

A veces, las vacaciones supone controlar menos el gasto ya que estamos relajados y desinhibidos. En estos momentos, si no nos controlamos podemos encontrarnos a la vuelta con gastos o facturas que nos resulten difíciles de  afrontar.

Además, las condiciones de trabajo de hoy en día, con mayor número de horas de jornada y mayor carga de trabajo por empleado, puede hacer que el cambio que supone la incorporación al trabajo sea más brusco.

A todo esto hay que añadir, que el estrés o la angustia por la que están pasando millones de familias, debido a su situación actual, puede que no se ha mitigado como otras veces con las vacaciones, haciendo que se vaya acumulando un desgaste emocional y psicológico, que unido a esa mayor carga de trabajo, aumenta la probabilidad de padecer algún trastorno de ansiedad o del estado de ánimo.

Hay que tener en cuenta, que no es tanto el problema de volver al trabajo como sus circunstancias y todo lo que rodea ese regreso. Por ejemplo; problemas sin resolver, falta de organización, exceso de carga laboral o de jornada, desgaste psicológico, etc…

Lo mejor es organizarse y reincorporarse siguiendo algunas pautas:

-Incorporarse un par de días antes aunque hagamos menos horas o incluso pasar solo a saludar, sirve para ir teniendo un primer contacto. De esta manera podremos poco a poco ir cambiando el “Chip” y es una forma de irnos acercando de manera gradual. Además nos puede servir para, ver la carga de trabajo con la que nos vamos a encontrar, poder organizarnos y planificarnos, etc…

-No regresar justo el día de antes de empezar a trabajar. Así tenemos tiempo para adaptarnos a la situación y comenzar una vida más rutinaria. Poder deshacer maletas, organizarnos en casa, hacer alguna compra etc… requiere de tiempo del que podemos disponer si volvemos un par de días antes.

-Regular los horarios de comidas y sueño unos días antes. Así evitaremos problemas a la hora de iniciar el sueño antes de lo acostumbrado y podremos madrugar habiendo descansado lo suficiente.

-Hacerse un pequeño planning o repasarlo unos días antes, también nos ayudará para organizarnos e ir cambiando el “chip”. Así el cambio no será tan brusco y nos puede servir también para evitar la sobrecarga de los primeros días al tener ya todo planificado.

-Añadir pequeños objetivos nos motivará y nos proporcionará ilusión.
También podemos aprovechar para reflexionar y proponernos cambiar formas de trabajar u organizarse que no nos resultaban cómodas o eficientes.

Si a pesar de seguir estos consejos seguimos sintiéndonos con malestar, tendremos que acudir a un psicólogo, para descartar que hubiera cualquier otro problema que estuviera siendo fuente de alimento de dicho malestar, y en caso de que fuera necesario, que nos ayude a tratar la sintomatología y a trabajar en el origen de la misma.





miércoles, 14 de agosto de 2013

CÓMO AFRONTAR UNA ENTREVISTA DE TRABAJO


Aunque en una entrevista de trabajo se pueden realizar cientos de preguntas, siempre hay algunas que son las más frecuentes. Lo mejor es tener algunas respuestas preparadas y no dejar todo a la improvisación. Algunas de estas preguntas son;

¿Cómo se definiría?
Reflexiona respecto a tu formación, valores, etc…y expresa tu propia valía. No se trata de hacer alarde de los logros personales, pero sí que seas capaz de reconocer tu capacidad de aprendizaje ante un error y tu espíritu de sacrificio y la importancia que le concedes al esfuerzo.

¿Por qué estudió esto?
Habla de tus experiencias formativas y de lo que más te atrae así como de las materias de tus estudios que fueron más útiles. También decir q﷽﷽tudiosaras las ideas y tener carlo que mante un error y tu espisaci decir que algo “no es tu fuerte” indica tener claras las ideas y tener carácter.

¿Por qué dejó su trabajo anterior?
Nunca hay que hablar mal de la anterior empresa o de los anteriores compañeros, ya que puede generar desconfianza. Hay que ser sincero si nos han despedido. Se valorará nuestra sinceridad y nuestra capacidad de adaptación a situaciones difíciles. Es aconsejable, comentar algún aspecto positivo de la situación que “a priori” era negativa.

¿Por qué quiere trabajar con nosotros?
Es importante que antes de acudir a la entrevista nos informemos de la actividad de la empresa, estructura, localización, delegaciones, departamentos y funciones etc… Hay que mostrar interés por la compañía y por el puesto a cubrir. Se puede resaltar la magnitud de la empresa, la seriedad, el sector, las posibilidades de progresión y futuro, etc…

¿Qué puede aportar a la empresa?
Hay que enumerar las propias virtudes y capacidades, para ello es mejor que antes de acudir hagamos una pequeña lista o repasemos algunas cualidades positivas nuestras que pueden ser interesantes para el puesto.

¿Bebe alcohol o es fumador?
Es verdad que los no fumadores se miran con mejores ojos, pero no pasa nada por reconocer que se es fumador si se incide en que sólo se fuma fuera del horario laboral. Respecto al alcohol, en algunas entrevistas puede pasar que nos ofrezcan una bebida alcohólica (cerveza) o nos pregunten que queremos tomar. Lo mejor es no tomar alcohol y al igual que el tabaco no pasa nada por reconocer que nos tomamos alguna cerveza, siempre dejando claro que es el fin de semana.

¿Prefiere trabajar solo o en equipo?
Lo mejor es responder que aunque en equipo el trabajo es más enriquecedor e interesante, también se está preparado para realizar el trabajo en solitario. Si disponemos de algún ejemplo preparado de alguna situación real, donde quede reflejado nuestra capacidad de trabajo en equipo y nuestro esfuerzo y dominio en solitario mejor.

¿Cuáles son sus puntos débiles?
Hay que intentar mostrar como defectos aspectos que, en realidad, pueden ser positivos de cara al trabajo. Ser perfeccionista, ser inquieto o ser cabezota, bien encauzados en el discurso pueden ser cualidades valiosas para el puesto. Lo mejor es hacer antes de acudir un ejercicio de autoconocimiento personal y tener preparadas algunas respuestas.

En una entrevista es importante ser natural, pero también habérsela preparado. Estudiar los pasos dados hacia ese puesto de trabajo, estudiar las funciones que se realizan y los requisitos del puesto, comprobar nuestra apariencia y preparar nuestra candidatura un par de días antes, nos ayudará a sentirnos más seguros y estaremos menos nerviosos.
Además otros aspectos a cuidar son;

-Intenta llegar puntual o incluso 5 minutos antes. Para evitar ir perdido, busca el sitio exacto el día de antes te servirá para ir más tranquilo.
-Cuida la imagen, el aseo personal y la higiene. Cuidado con el olor a tabaco o a café, así como los chicles con fuerte olor a menta.
-Lleva por si acaso una copia del curriculum.
-Mantén una escucha activa, no te precipites, haz una pausa breve, piensa tu respuesta y responde despacio. (Evita ser impulsivo).
-No tutees a no ser que te indiquen lo contrario.
-Apaga el móvil, no comas chicle y no lleves las gafas de sol en la cabeza o en las manos. Además, procura no juguetear con el bolígrafo en las manos. A veces puede salir disparado.
-Evita los tics (tocarte el pelo, hacer muecas…) o usar coletillas. Por supuesto, no te muerdas las uñas, (inseguridad, ansiedad).
-No interrumpas, ni contradigas, ni corrijas a tu interlocutor. A no ser que realmente sea necesario.
-Mantén el contacto ocular aproximadamente el 80% del tiempo.
-Cuida el espacio entre tu y el entrevistador.
-Evita dar la mano demasiado fuerte o muy débil (mano de pescado). Hazlo siempre mirando a los ojos y sonriendo.
-Siéntate cuando te lo indiquen y donde te muestren. Si te acercas a la silla y la tocas, provocarás que te inviten a sentarte.
-Cuida la postura. Evita continuos e incomodos cambios posturales que pueden distorsionar la atención del entrevistador. No te sientes ni al borde de la silla, (inseguridad), ni respantigado, (falta de respeto).
-Ante preguntas incómodas o irrelevantes, evita ponerte a la defensiva o agresivo, ten en cuenta que suelen hacerse para ver cómo manejas la situación.
-No utilices expresiones tajantes, (siempre, todo, nunca…).
-Si te preguntan por una cantidad retributiva, ajústalo en función de lo que previamente te hayas informado sobre la empresa y/o convenio.
-Al finalizar la entrevista, demuestra tu interés y realiza las preguntas necesarias sobre los temas que no te hayan quedado claros. A sí mismo, es importante que expreses tu agradecimiento.
-Transmite seguridad en ti mismo e iniciativa.

Acudir a un psicólogo solo para repasar nuestras habilidades sociales o trabajar la entrevista, nos puede ayudar. En muchas entrevistas de trabajo, los entrevistadores son psicólogos industriales del departamento de recursos humanos.








viernes, 9 de agosto de 2013

¿CÓMO MANEJAR LOS NERVIOS DE LA BODA?


Los nervios son algo normal antes de la boda. Si sientes muchos nervios trata de calmarte, y explorar tus sentimientos. Descubrir lo que hay atrás de estos nervios, te va a llevar a un matrimonio más fuerte y saludable, o a evitar que cometas un error.

Estrés Normal Antes de la Boda;
Preocuparse por los pequeños detalles y sentir estrés es normal. Es un cambio importante para muchas parejas, sobretodo si no están conviviendo todavía. El querer asegurarse que todo irá bien, complacer a todos los invitados o ser demasiado perfeccionista, puede llevarnos a un tremendo desgaste psicológico y físico. Esto no debe confundirse con motivos serios para no querer casarse. Puede ser una señal que necesita más ayuda para organizar la boda o que no nos hemos organizado lo suficiente.

Aquí te damos algunos trucos para sobrellevar el estrés normal:
-Tómate un tiempo y reflexiona cuáles son tus miedos. Ponlos por escrito. Al verlos en papel, te darás cuenta que estos no son muy importantes. Es menor si escribes la posible solución al problema. Verás las cosas con mayor claridad.
-Pregúntate si tus nervios se relacionan con el hecho de casarte en general, o con tu relación especifica. Si hay cosas en tu pareja que te generan inseguridad o esa inseguridad puede deberse a la incertidumbre generada por el cambio a la convivencia, al nuevo entorno, etc…
-Toma algún día de descanso durante la planificación de la boda y no hables de la boda durante ese día.
-Hazte con una pequeña agenda y anota las citas (fotógrafo, peluquería, traje…), te ayudará a llevar todo más organizado. Si puedes no te pongas todas en días seguidos y deja alguno de por medio. Evita también las primeras y últimas horas.
-Lleva un diario,  que puedes armar como un álbum, en el cual escribes sobre los momentos más felices de tu relación con tu pareja, incluye como conocieron, sus primeras citas, viajes, y la historia del compromiso y de los días previos a la boda.
-Escribe todas las cosas buenas de ser una persona casada.
-Habla con parejas felizmente casadas. Pregúntales cuál es la clave para el éxito y que consejos te pueden dar para el día de la boda.
-No obtengas exceso de información.
-Habla con alguien cercano sobre tus inquietudes. Mejor si no es alguno de tus hermanos o progenitores, ni tus futuros suegros. A veces, pueden estresar más.
-Refuerza esos días la relación para que no se resienta con tanto preparativo. Prepara un fin de semana romántico o a una cena juntos.
-Lleva hábitos de vida saludables; come sano (evita comidas pesadas o malas digestiones, los nervios pueden desequilibrar tu organismo), haz ejercicio (liberarás endorfinas que dan sensación de calma y bienestar, reducirás el estrás y despejarás la mente), y lleva horarios de sueño adecuados (las siestas no deben ser de más de 20 min. para no perjudicar el sueño nocturno).
-Si es necesario, no te importe tomar la semana de antes Valerianas en capsulas o infusiones. También pueden ser infusiones de Melissa, Hierba Luisa o Tila, entre otras.
-Evita toda sustancia que te pueda aumentar la activación como cafeína, teína u otros estimulantes, ya que pueden ponerte aún más nervioso/a.
-Delega en los profesionales y confía en ellos, no intentes controlarlo todo.
-Distánciate de problemas ajenos o de personas tóxicas. Evita estos días ser el pañuelo para las lágrimas de nadie.
-Trabaja la Asertividad. Saber “decir No”, expresar como te sientes o lo que opinas y no ceder ante algunas personas te ayudará a sentirte mejor.

Estrés que enmascara otra problemática;
A veces, al margen de los preparativos de la boda, hay otros factores que pueden generarnos angustia o malestar.
Si sientes angustia, miedo a casarte, ansiedad y/o desconfías de tu pareja, y no te sientes seguro de estar haciendo lo correcto.
Si hay personas que no están muy de acuerdo con tu decisión, o la relación de pareja hace semanas que no marcha bien.
Si ha habido infidelidades, problemas serios de conducta, agresiones verbales o físicas, o hay problemas con el alcohol y/o las drogas sin estar todavía en tratamiento.
Si hay discrepancias en algunos temas como pueda ser el tener hijos, etc…
Si la boda es un escape o simplemente se hace por contentar a tus padres.
Entonces te recomiendo que antes de tomar una decisión, consultes con un profesional. Una opinión objetiva y neutral puede ayudarte a encontrar soluciones y ha tomar la decisión adecuada.

lunes, 5 de agosto de 2013

TIMIDEZ Y DÉFICIT DE HABILIDADES SOCIALES.


Hace tiempo que nuestra forma de relacionarnos ha cambiado. Se ha pasado del juego en la calle, las charlas durante el paseo o el guateque, al whatsapp, los mensajes o las conversaciones en las diferentes redes sociales.
Muchos de los niños de hoy en día, corren para llegar a casa y conectarse. Ya no hay mucho tiempo de relacionarse en el patio del recreo o la calle. Y aunque es verdad, que puede esto aumentar la probabilidad de desarrollar un déficit de habilidades sociales, también tiene su lado positivo, ya que además de ser una buena forma de mantenerse en contacto, personas que ya tienen ese déficit de habilidades sociales o timidez, lo tienen más fácil para soltarse e iniciar o mantener conversaciones. Pero, ¿Qué ocurre cuando tenemos que relacionarnos cara a cara?. El evitar o escapar de estas situaciones y no afrontarlas nos puede costar muy caro.

Iniciar, mantener o finalizar conversaciones, vencer la timidez y los pensamientos negativos que nos invaden en esos momentos, ser asertivos, conseguir que las otras personas nos escuchen o tengan en cuenta nuestra opinión, pedir cambios de comportamiento, manejas los silencios, la empatía, expresar y recibir elogios o críticas, dar las gracias o disculparse, etc…por pequeñas cosas que parezcan, son enormes retos para algunas personas que tienen déficit de habilidades sociales.

En ocasiones, la persona si que tiene las habilidades necesarias, pero no las aplica adecuadamente: no discrimina en qué situación es pertinente una conducta, (Déficit en discriminación) o no está motivado, (Déficit en motivación).

Cuando tenemos déficit de habilidades sociales, nos sentimos incapaces de afrontar muchas situaciones, lo que nos puede limitar a veces en otras áreas de nuestra vida. No saber interaccionar con los demás o no poner en marcha una habilidad social determinada en un momento dado, puede llevar al usuario a tener problemas de comportamiento, dificultades de integración, aislamiento social y baja autoestima. Nos sentimos inseguros y sentimos ansiedad y malestar.

Por ejemplo. Una persona que no sabe “decir no” o poco asertiva, terminará haciendo algo que no le guste, con lo que esto le provocará enfado y frustración, y con la repetición en el tiempo cambios en su carácter.

Hay buenas y malas maneras de hablarle a la gente;
Mantener contacto ocular. (80% del tiempo. aprox.).
Mantener una distancia interpersonal adecuada. (50-125 cm. aprox.).
Tener nuestro cuerpo alineado hacia la persona con la que hablamos con una postura de acercamiento.
No cruzar los brazos, ya que puede indicar una actitud defensiva o de rechazo.
Hablar con un volumen de voz adecuado, ni muy bajo, ni muy alto.
No usar en exceso palabras de relleno “sabes”, “me entiendes”… Hay que decir “me explico” sino parece que le estamos llamando “tonto”.
No irse por las ramas, ni hablar en exceso (máx. 1 min cada uno en una conversación). Expresarse de forma clara, apoyándonos en ciertas ocasiones en gestos o movimientos de las manos. La falta de vocabulario se trabaja mucho con la lectura.
Cuidar la apariencia personal y la higiene.
Todo ello, entre otras cosas, pueden ayudarnos a relacionarnos mejor.

Hacer un entrenamiento en habilidades sociales con un psicólogo, puede ayudarnos a saber relacionarnos mejor, haciendo que nos sintamos más seguros, confiemos más en nosotros mismos y aumente así nuestra autoestima. Además, dispondremos de una mayor red social y mayores oportunidades de aprendizaje.