La Bulimia nerviosa, es un trastorno de la conducta alimentaria, es decir, se adoptan conductas que se alejan de unos hábitos alimentarios saludables. Dicho trastorno, afecta mayoritariamente a mujeres y suele manifestarse en la adolescencia o principios de edad adulta, aunque, cada vez hay más casos, donde suele aparecer más tarde, ya que en este tipo de trastorno, se puede tardar hasta 5 años en pedir ayuda.
La Bulimia nerviosa se caracteriza por:
Presencia de atracones recurrentes, los atracones son en un periodo corto de tiempo y van acompañados de sensación de pérdida de control.
Presencia de atracones recurrentes, los atracones son en un periodo corto de tiempo y van acompañados de sensación de pérdida de control.
Se realizan conductas compensatorias inapropiadas para no ganar peso, como uso de laxantes, inducción del vómito, ejercicio físico excesivo…
Y además, hay una autoevaluación exageradamente influida por el peso corporal y la silueta.
Existen dos tipos de Bulimia Nerviosa; de tipo purgativa, donde hay uso de laxantes, diuréticos e inducción del vómito, y de tipo no purgativa, donde las conductas compensatorias son ayuno o ejercicio intenso, pero no hay vómitos ni uso de laxantes o diuréticos.
Es una enfermedad que tiene consecuencias:
Físicas; pérdida de esmalte en los dientes, daños en encías, paladar o garganta, calambres y debilidad muscular, deshidratación, ansiedad, insomnio, callosidades y erosiones en manos…
Cognitivas; Pensamientos persistentes referidos a la comida, el peso o la imagen, fenómenos obsesivos compulsivos, (pensamientos recurrentes y circulares acompañados de conductas extravagantes, y relacionados con el peso y la comida), distorsiones de pensamiento…
Perceptivas; La representación mental que se tiene del cuerpo aparece alterada, los estímulos internos de hambre, saciedad o fatiga parecen no ser percibidos...
Y emocionales; Baja autoestima, sintomatología depresiva, fobia social, ansiedad…
A diferencia de la Anorexia nerviosa, en este tipo de trastorno, si suelen ser conscientes de la enfermedad, además, suelen ser chicas extrovertidas y activas sexualmente, su aspecto es saludable e incluso con algo de sobrepeso, y hay mayor concienciación de sus estados internos y sentimientos.
En este tipo de enfermedad, el tratamiento farmacológico puede ayudar en lo que se refiere a control de impulsos o sintomatología depresiva, pero también es necesario, un tratamiento psicológico, que tenga como objeto entre otras cosas, corregir el pensamiento distorsionado, reducir la ansiedad y adquirir unos hábitos alimentarios más adecuados.