miércoles, 1 de enero de 2014

COACHING.

El coaching es un proceso de entrenamiento individual, estructurado de forma que permita a una persona desarrollar su potencial y aumentar su nivel de resultado. Se basa en una relación de colaboración y un proceso claro, centrado en objetivos que deben lograrse y en los medios que permiten a las personas interesadas pasar a la acción. Al trabajar con su cliente en un ambiente enteramente confidencial, el coach ayuda a éste a suprimir los obstáculos que le frenan y le ofrecen desafíos que les permiten alcanzar nuevos niveles de éxito”.
Un coach no es alguien que vendrá con su varita mágica a solucionarte tus problemas. No es un consultor, un mentor, un psicólogo, un asesor o un terapeuta. Aunque pueda compartir ciertos rasgos, conocimientos o herramientas, con algunas de las disciplinas mencionadas, un coach es una persona que va a acompañarte en tu camino personal hacia un objetivo que tu te has impuesto, ayudándote a utilizar y descubrir todo el potencial existente en ti mismo y logrando que sea el cliente quien tome la responsabilidad por sus éxitos y por cada paso que da.
El coaching bien realizado y entendido, por ambas partes, trae consigo unos beneficios impresionantes en cuanto a crecimiento personal y profesional.
El coach facilitará una reestructuración de la percepción de realidad, de manera que al ver las cosas de forma distinta, estemos en disposición de emprender nuevas acciones. En los negocios, el coaching es una forma sistemática de adiestramiento en el trabajo, provisto por un profesional externo, un compañero de trabajo o por el supervisor de la persona.
Generalmente, el coaching busca construir habilidades como comunicación, resolución de problemas, trabajo en equipo o ventas. También se utiliza con frecuencia para mejorar características personales como impacto o asertividad.

Es cierto, que en donde se comienza a trabajar el coaching es dentro del mundo de las empresas, utilizado principalmente por psicólogos industriales y que ahora parece querer expandirse más allá de este ámbito. Además, debido a la falta de connotación negativa que conlleva su propio nombre, muchas personas están más dispuestas a trabajar o incluso a reconocer que acuden a un coach, antes que a un psicólogo, pero no podemos dejar que se metan ambas profesiones en el mismo saco.
En los últimos años, por esto y por resultados obtenidos con diferentes personas en diferentes problemáticas el coaching está en pleno auge, pero hay problemáticas como las alteraciones de personalidad, adicciones, trastornos de ansiedad, depresión u otras, donde su eficacia es prácticamente nula, siendo el tratamiento más efectivo una terapia cognitivo-conductual por parte de un psicólogo clínico.
Es importante que a la hora de trabajar con un profesional, tengamos claro cuáles son nuestros objetivos y qué tipo de intervención puede ser la más adecuada. Y lo digo, y ahora me mojo, porque estos días he tenido que ver en televisión, en concreto en Telecinco, en el programa Sálvame, como una profesional que a la que se le denomina coach, utiliza una técnica de desensibilización sistemática con exposición, para una de las contertulias con el objetivo de tratar su fobia a los ascensores. Creo que hay que tener cuidado con confundir a la audiencia, ya que en ese momento el trabajo que se está realizando pertenece a la psicología clínica y no al coaching, es decir,  la profesional está interviniendo como psicóloga y no como una coach.