domingo, 29 de mayo de 2011

RESPIRAR DE FORMA POSITIVA

La respiración diafragmática es una herramienta que ayuda a sincronizar la mente y el cuerpo, para darle una coherencia psicofisiológica más poderosa.
Usando esta técnica regularmente unas diez veces, en tres o cuatro distintos momentos del día, se puede desarrollar la habilidad para realizar un cambio de actitud duradero, que influirá en nosotros aumentando nuestro bienestar, además de conseguir relajarnos y poder afrontar, de forma más eficaz, algunos momentos de nuestra vida.

Debemos sentarnos y adoptar una postura cómoda para empezar a inhalar enfocando la atención en nuestra respiración y visualizando como el aire penetra por nuestras fosas nasales recorriendo la faringe, laringe, traquea bronquios y pulmones. Dicha inspiración debe durar como mínimo 5 segundos y debemos intentar no subir el pecho, sino que lo que tome volumen sea el abdomen.
Una vez que hemos realizado la inspiración, retenemos el aire unos dos segundos y a continuación,  lo exhalamos de forma muy controlada durante aproximadamente 8 segundos. Es entonces, cuando al exhalar iremos deshinchando el abdomen y notaremos como nuestros pulmones van vaciándose poco a poco.
Mientras hacemos esto, se escoge algún pensamiento o sentimiento positivo y se visualiza. También puede ser algún momento de nuestra vida agradable, intentando experimentar de nuevo lo que sentimos en aquel momento.
Si no sabemos en qué pensar, puede servir visualizar una gota de lluvia sobre el cristal de la ventana recorriéndolo y uniéndose a otras gotas del cristal, o imaginarnos sentados en una playa vacía, con el mar de fondo y sintiendo cómo el sol nos acaricia la cara, los brazos, el cuerpo y las piernas, además de notar la arena bajo nuestro cuerpo o los pies dentro de ésta.
Una vez que hemos exhalado todo el aire volveremos a repetir este proceso por lo menos hasta diez veces.

Puede que en las primeras respiraciones, nos sintamos mareados o un poco inestables, ya que si estamos muy nerviosos nuestro exceso de actividad, va a demandar un aporte de oxigeno que no le vamos a dar, pues vamos a respirar de forma muy pausada y controlada. Pero, es de esta forma, como nuestro sistema parasimpático, que es el encargado de disminuir nuestra actividad, actuará por encima del simpático, el cual nos acelera, haciendo que frenemos y nos relajemos.