viernes, 14 de febrero de 2014

LOCURA COMPARTIDA O TRASTORNO PSICOTICO COMPARTIDO.

Estos días se ha hablado mucho sobre la agresión que han sufrido la mujer e hija del periodista Paco González, y mucha gente se pregunta como dos personas pueden llegar a perpetrar semejante locura. Pues bien, una posible explicación sería un trastorno psicótico compartido. Dicho trastorno, denominado también “folie á deux” (locura compartida por dos), es un raro y poco frecuente síndrome psiqui toma de psicosiscofrecuente sátrico en el que un síntoma de psicosis, generalmente una idea delirante es transmitida de un individuo a otro.
Si es compartido por más de dos personas, “folie á trois” (locura de tres) o incluso “folie á plusieurs” (locura de muchos).
El síndrome se diagnostica generalmente entre individuos con un fuerte vínculo afectivo, que viven próximos, socialmente y físicamente aislados o con poca interacción con otras personas.
Se puede distinguir entre; “folie imposée” (locura impuesta), cuando una persona dominante actúa como inductor crea una idea delirante y la impone a otra persona o personas que no habrían delirado si no hubieran interactuado con el inductor, y “folie simultanée” cuando dos personas, que independientemente sufren de psicosis, influencian el contenido de las ideas delirantes de cada uno de ellos, de forma que se convierten en idénticas o muy similares.

Los pacientes prácticamente carecen de conciencia de enfermedad y casi siempre son la policía, sus familiares u otras personas los que les trasladan al hospital.
A su vez, es importante evaluar al paciente con este tipo de ideas para poder detectar ideación o planes de actuación de acuerdo con el contenido delirante en forma de suicidio, homicidio u otros actos de violencia.
El trastorno del contenido del pensamiento en forma de ideas delirantes es el síntoma clave de un trastorno delirante, pero generalmente los pacientes no presentan otros signos de trastorno del pensamiento. Tampoco suelen presentar trastornos perceptivos como alucinaciones, alteraciones en la orientación, alteraciones en la memoria y suelen tener buen aseo sin desintegración de la personalidad o de las actividades cotidianas. Es decir, la exploración de su estado mental demuestra una normalidad, a excepción de un sistema de creencias delirante.

Algunas de las ideas delirantes que pueden aparecer en este tipo de trastorno son;
Tipo erotomaniaco; Ideas delirantes de que otra persona está enamorada del sujeto.
Tipo grandiosidad; Ideas delirantes de exagerado valor, grandiosidad conocimientos, identidad o relación especial con una divinidad o una persona famosa.
Tipo celotípico; Ideas delirantes de que el compañero sexual es infiel.
Tipo persecutorio; Ideas delirantes de que la persona esta siendo perjudicada de alguna manera.
Tipo somático; Ideas delirantes de que la persona tiene algún defecto físico o enfermedad mmixto﷽﷽﷽﷽﷽ermedad mñedica.que la persona tiene algrjudicada de alguna manera.
elacin otros signos del trastornodedeédica.
Tipo mixto; ideas delirantes de más de alguno de los tipos anteriores.
Tipo no especificado; Idea delirante no especifica.


En este tipo de ideas o trastorno, una adecuada evaluación psiquiátrica o psicológica en muy importante.  Un tratamiento farmacológico  combinado con terapia psicológica pueden ser lo más indicado para este tipo de personas.

lunes, 10 de febrero de 2014

DUELO EN NIÑOS Y ADOLESCENTES.

Qué difícil es el momento en que además de llorar por el ser querido que hemos perdido, y elaborar nuestro propio duelo, tenemos que lidiar con el duelo del niño o adolescente. Pero que difícil son también los cambios, porque un cambio significativo o una gran sentimiento de pérdida, sin que conlleve la muerte de algún ser querido, también es un factor que puede precipitar un duelo, y en ocasiones esto no se tiene en cuenta.
El duelo en los niños o adolescentes puede variar en algunas cosas respecto al duelo de los adultos, y aunque al principio es duro, más adelante este tipo de experiencia puede hacerles desarrollar un profundo concepto y sentido de la vida, que les permita evolucionar emocionalmente y psíquicamente, con una mayor riqueza.

Las etapas del duelo; negación, rabia, culpa, depresión y aceptación pueden ser las mismas, pero en ocasiones pueden aparecer comportamientos que no comprendamos.
Baja autoestima, Apatía, falta de atención, rechazo, aislamiento, ansiedad, problemas de sueño, timidez, misticismo, ascetismo, temor a la enfermedad, miedo a la muerte de otro ser querido, entre otros, pueden ser algunos de los comportamientos, que pueden aparecer en un niño o adolescente ante la pérdida de un ser querido o de alguno de sus progenitores.
Incluso la euforia o el constante movimiento, puede tener cabida entre estos comportamientos ya que pueden asociar la inmovilidad a una mayor probabilidad de morir.

A continuación, explico algunas de las cosas que tenemos que tener en cuenta, para la adecuada elaboración de un duelo en un niño o adolescente, ante la pérdida de un ser querido o de alguno de los progenitores;
-Ante todo no debemos sobreproteger ni aislar. En al caso de enfermedades crónicas o en donde la persona aun no haya fallecido pero vaya a suceder en breve, es recomendable dejar que se despida de él y explicarle lo que esta pasando.
-En el funeral, sepelio etc…deben estar orientados por alguien de confianza que conteste a sus preguntas y que vaya explicándole lo que va a suceder en cada momento.
-Ofrecer seguridad, cariño y afecto, así como estabilidad evitando en lo posible otros cambios, le dará confianza y seguridad.
-No es recomendable intentar sustituir el vacío con cosas, regalos, objetos etc…
-Tampoco debemos intentar distraerles o impedir su expresión emocional así como el llanto. A veces, se les pide que no lloren ya que nos genera malestar verlos así, pero de esta manera les estamos impidiendo expresar sus emociones y gestionar su dolor.
-Es normal la rabia, el llanto o el culpar a alguien, y ante reacciones violentas o si rompe cosas, no debemos hacer reproches, es una forma de expresar su dolor.
-No se debe evitar hablar de ello, de hecho, la terapia más efectiva y sanadora es llorar juntos o acompañarles en el dolor. Dialogar sobre la muerte, sobre lo que ha ocurrido o ver alguna película relacionada con el tema, siempre sin insistir ni obligar al niño o adolescente a hacerlo, puede ser muy eficaz.

El hablar con ellos además de acompañamiento en estos momentos, nos permitirá detectar hasta que punto puede haber motivos para el suicidio, tras perder a un ser querido. El deseo de reunirse con la persona fallecida, el deseo de autodestruirse para aplacar el sentimiento de culpa, sentir que la vida no tiene sentido y que no hay futuro sin la persona fallecida, pueden ser motivos para que haya ideación suicida.
En la pre-pubertad y pubertad, tenemos el añadido de que se encuentran ante fuertes cambios hormonales, emocionales y físicos, que pueden causar trastornos. Así mismo, la cosa se complica más cuando se juntan en un mismo núcleo familiar dos o más duelos.

En ocasiones, si no se elabora de una manera adecuada el duelo en un niño o adolescente, puede dar lugar a un estancamiento en su madurez y que su edad mental quede por debajo de su edad cronológica. Conductas violentas fruto de la rabia y el dolor no gestionado, falta de regulación emocional, uso o abuso de sustancias psicoactivas y trastornos de ansiedad, son algunas de las cosas que pueden aparecer con el tiempo en estos niños o adolescentes que no han podido gestionar su dolor de una manera sana y adecuada. Una visita a un psicólogo puede ayudarnos a afrontar de una manera adecuada ese momento tan complicado, ya que nos puede orientar y marcar unas pautas, que nos eviten más adelante problemas mayores.