domingo, 30 de junio de 2013

FÁRMACOS PARA TRATAR LA ANSIEDAD.


Cuatro de cada diez españoles ha consumido algún fármaco para tratar la ansiedad a lo largo de su vida. A su vez, la OCU alerta del elevado consumo de fármacos para tratar la ansiedad entre la población española.

De acuerdo con los resultados obtenidos en los últimos estudios, el perfil típico del consumidor de fármacos para tratar la ansiedad, es el de una mujer de unos 34 años con nivel de estudios bajo y medio.
Los motivos más frecuentes por los que consumen este tipo de fármacos suelen ser; problemas para conciliar el sueño, dificultades laborales o familiares, sucesos vitales traumáticos y motivos económicos.

El consumo de estos fármacos, suele iniciarse tras la consulta al médico de atención primaria (no médico psiquiatra) y sin que los usuarios hayan recibido la información necesaria acerca de los efectos secundarios (tales como pérdida de memoria, somnolencia diurna o riesgo de dependencia).

El Instituto Nacional para la Salud y la Excelencia Clínica de Reino Unido y las principales guías de práctica clínica, recomiendan como tratamiento de primera elección en los trastornos de ansiedad el tratamiento psicológico, mediante el entrenamiento con técnicas cognitivos-conductuales, frente a los fármacos.

A su vez, son de destacar los elevados niveles de malestar psicológico entre la población española, situación que hace más necesario que nunca que se implementen estrategias eficaces que puedan dar una respuesta efectiva a esta creciente demanda.

(Aída de Vicente y Susana Villamarín).
INFOCOP


A todo ello debo añadir, los perjuicios que puede suponer para algunas  personas, ser tratadas únicamente desde la perspectiva biológica. La estigmatización, una actitud pasiva debido a la confianza ciega en el fármaco, la falta de búsqueda del origen del problema, así como los efectos secundarios de algunos fármacos pueden, en algunos casos, no solo hacer que no remita la sintomatología sino que ésta aumente.
Cada día, queda más manifiesto que es necesario un enfoque multifactorial, que contextualice el malestar y la conducta, y que reconozca la complejidad de las interacciones implicadas y elaborar un sistema que tenga en cuenta el origen biopsicosocial de las diferentes problemáticas a la hora de tratar al paciente.
El sufrimiento humano es el resultado de una compleja combinación de factores psicológicos y sociales, y en un número determinado de casos también biológicos.


martes, 18 de junio de 2013

COMO MANEJAR LA ADOLESCENCIA.


La adolescencia es un periodo en el desarrollo biológico, psicológico, afectivo, sexual y social inmediatamente posterior a la niñez y que comienza con la pubertad.
Su rango de duración puede variar, pero generalmente, se inicia entre los 10-12,  y finaliza sobre los 19-20 años. En las niñas, normalmente se inicia antes que en los niños, y suele comenzar a los 10 años.

Durante este periodo se producen cambios a nivel cognitivo, emocional y social que van a prepara al individuo para la etapa adulta. Es en esta etapa, cuando el individuo va a requerir de apoyos y recursos psicológicos y sociales para alcanzar ciertas metas, tales como la elaboración de su identidad y la planificación y desarrollo de un proyecto de vida satisfactorio.
Es un momento de autoafirmación donde el adolescente va a querer tomar las riendas de su vida, y como todo periodo de la vida tiende a ser caracterizado  por un grupo de problemas característicos de esa etapa.
El adolescente va a cuestionar todo lo que venga de los adultos y esto será en muchas ocasiones motivo de enfrentamiento. Hay que comprender que hasta este momento, su vida ha sido dirigida por sus progenitores, familia o tutores y es ahora, cuando el adolescente va a distanciarse de ellos, para poder trabajar su autonomía e independencia. Para ello, su grupo de iguales va a ser un apoyo importante ya que por imitación y a base de ensayo y error, va a ir resolviendo obstáculos, dudas y diferentes situaciones que puedan darse. Sus amigos y compañeros van a ser en esta etapa su modelo de referencia, son sus semejantes, y por ello en esta etapa pueden llegar a sentirse más cerca de estos que de la familia, retornando su atención a esta cuando finalice este periodo.

Es aquí cuando el papel de los padres y de la familia juega un papel todavía más importante, ya que puede ayudar o interferir en que el proceso se realice de forma adecuada. La inteligencia emocional de los padres, sus valores, sus conocimientos sobre esta etapa o sus conductas, entre otras cosas, van a ser claves a la hora de que el individuo pase por este proceso de manera tranquila y adecuada.

Algunas pautas que nos pueden ayudar son:

-Reconocerle lo importante que es para nosotros y sus capacidades y aptitudes.
-Decirle que lo comprendemos y que pase lo que pase siempre tendrá nuestro apoyo.
-Reducir la atención sobre las conductas negativas y aumentar el refuerzo en las positivas.
-Cuando tome una decisión acertada o haga algo bien, decirle lo orgullosos que estamos de él o ella.
-Informarle sobre drogas, sexualidad o cualquier otro tema, del que sospechemos que no tiene la información adecuada. Por supuesto, si es necesario, informarnos también nosotros.
-No compararle con otros.
-Estar atentos por si nos pudiera necesitar, pero no vigilantes. Debemos respetar su espacio.
-Hacerle ver que él puede ir tomando sus propias decisiones, pero siempre informando de que toda decisión tiene unas consecuencias y que antes de nada debería valorarlas.
-A la hora de los castigos, es mejor hablar con él e intentar que sea consciente de su mala actuación y proponerle que sea él quien decida como compensarlo.
-Debemos evitar verbalizaciones del tipo. “Siempre lo haces mal”, “Nunca cumples nada”, “Eres un mentiroso”, “Eres tonto”, etc…no hay nada peor que el que te acabes creyendo lo que te dicen.
-Escucharle con atención cuando nos cuente algo importante para él, aunque desde nuestra perspectiva no creamos que tenga mayor importancia.
-Proporcionarle un ambiente tranquilo en casa y contar con él a la hora de tomar decisiones.    -A la hora de tomar una decisión que afecte a la familia, aunque al final la tomen los progenitores, le preguntaremos a él que opina y le diremos que tendremos en cuenta su opinión.
-Debemos dejar de tratarlo como un niño y aceptar que hay cosas que como “jovencísimo adulto” el puede afrontar o hacer solo.
-Dar más importancia al esfuerzo que a los resultados y recompensarlo.
-Cumplir lo que se dice. Debemos ser coherentes así como dar ejemplo de lo que predicamos.
-No mostrar fisuras entre los progenitores y estar de acuerdo cuando se tome una decisión, así como mantenerla. Aquí no valen las figuras de poli bueno y poli malo.

Al final, todos hemos sido adolescentes y en cada momento y tiempo se vive de una manera. No podemos comparar la adolescencia nuestra con la de ellos, porque son tiempos diferentes y todo ha cambiado. Lo que podemos es informarnos, si es necesario con un psicólogo, sobre cómo sobrellevar y manejar de una manera adecuada la adolescencia de nuestros hijos.

viernes, 14 de junio de 2013

FALTA DE PASIÓN EN LA PAREJA. EL ENAMORAMIENTO.



Los criterios con los que se forman las parejas han ido cambiando a lo largo de los siglos. En la actualidad, las relaciones de pareja se construyen sobre las bases de la intimidad, el compromiso y la pasión.
¿Pero qué lugar ocupa y qué es el enamoramiento?. Desde un punto de vista psicológico el enamoramiento es una emoción, y como tal, es una consecuencia de las circunstancias propias y ajenas, y de la evaluación que hacemos de ellas, siendo la pasión su máxima expresión.
Comportamientos de la otra persona que sean valorados negativamente o que nos generen emociones negativas, expectativas no cumplidas, la falta de refuerzo entre ambos, la falta  de tiempo para la relación o la rutina con su falta de novedad, pueden llevarnos a valorar a nuestra pareja, y a su vez nuestra relación, de forma más negativa haciéndo que vaya despareciendo la pasión y el enamoramiento.

El enamoramiento, nos produce una gran excitación fisiológica que nos provoca bienestar y nos dispone a no ver o disculpar, los defectos de la persona amada,  a sentir que la necesitamos, a querer estar con ella en todo momento, a revelar aspectos íntimos, darle apoyo emocional etc…pero si esto no se refuerza, tenderá a ir desapareciéndo con el tiempo.
Autores como Frijda, sostienen que una persona puede fácilmente enamorarse por una serie de razones: soledad, necesidad sexual o insatisfacción, aburrimiento, rutina o necesidad de cambios, falta de refuerzo, baja autoestima etc... Es entonces, cuando un objeto despierta interés, por una serie de razones tales como su novedad, su proximidad, su atractivo o las emociones que despierta. Esto es lo que suele ocurrir en algunas personas con pareja, que de pronto se sienten atraídas por otra persona o incluso creen estar enamoradas de ella.

El enamoramiento o pasión se puede considerar el elemento que va a cimentar las relaciones de pareja, pero hay que tener en cuenta que además de pasión, una buena relación con un amor completo, es la que también conlleva intimidad y compromiso, factores que a su vez inciden en el enamoramiento.
La pasión, tiende a aparecer de forma rápida pero también se atenúa velozmente, y es la que suele generar intimidad, y a su vez, pasión e intimidad, pueden generar compromiso. Además, el compromiso irá  apareciendo poco a poco a medida que la pareja vaya tomando decisiones de manera conjunta.

El sexo genera o implica cierta intimidad y su practica repetida con la persona de la que estamos enamorados, potencia dicha intimidad de forma significativa. El sexo es una gran aliado a la hora de reforzar una pareja. Sin embargo, las parejas que se forman basándose exclusivamente en una emoción como la pasión pero en donde no aparece intimidad o compromiso, cuando aparece la ley de la habituación y el placer de experimentar emociones nuevas va perdiendo fuerza, la relación en la mayoría de las ocasiones está condenada al fracaso.

Hay que tener claro que en una relación cuando la pasión ha disminuido, lo que queda es algo más duradero como la intimidad o el compromiso. No obstante, hay que intentar que ninguno de estos conceptos desaparezcan, ya que tanto la intimidad, como la pasión o el compromiso, son los que harán que una relación sea fuerte y duradera.

Cada día acuden más a consulta, parejas que han perdido esa pasión y que no saben cómo recuperarla. Son parejas donde hay intimidad y compromiso, pero que por el desgaste del día a día o diferentes razones, han perdido la pasión o incluso ya no se sienten enamoradas. A muchas de estas parejas les gustaría volver a sentirse enamoradas. 

En ocasiones, diferentes técnicas pueden ayudar a que vuelva a parecer esa pasión, siempre teniendo en cuenta que el resto de la relación no esté dañada o no haya otro tipo de problemáticas que puedan estar influyendo en la pareja.

Algunos ejercicios beneficiosos pueden ser:

-Los dos miembros de la pareja se sentarán al final de la semana uno próximo al otro, y tomándose un tiempo, se dirán uno al otro lo que le ha gustado de su pareja esa semana.

-Cada miembro elegirá un día de la semana para hacer algo especial por la otra persona. No deben de coincidir los días. Se le comunicará al otro miembro de la pareja que día será sorprendido gratamente y se trabajará para ello. Es mejor si no se le sorprende con algún regalo material. Puede ser su comida favorita, un masaje o realizar algo que al otro miembro le haga ilusión o que sepamos que le agrade mucho.

-En el caso de parejas con niños, cada quince días se buscará una tarde-noche, para estar a solas con la pareja. 

-Durante las comidas y las cenas no se pondrá ni televisión ni radio ni se contestará a whatsapp. Se dedicara ese tiempo a preguntar a la pareja como le ha ido la mañana o el día y a charlar.

-Se buscarán actividades de ocio que se puedan realizar de manera conjunta y se llevarán a acabo.

-Se buscan dos cajitas, sobres o botes y cada miembro se queda con uno donde meterá en 10 papelitos 10 pequeños deseos que la otra persona pueda hacer que se cumplan. Luego se intercambian, para que cada miembro de la pareja cuando lo crea conveniente, saqué un papelito y trabajé para que se cumpla el deseo que hay escrito.

-Un día a la semana se busca un momento no inferior a 30 minutos para abrazarse, acariciarse, masajearse o simplemente estar tumbados sobre la cama relajados charlando.