martes, 26 de febrero de 2013

CAMBIAR LA FORMA DE PENSAR PARA SENTIRNOS MEJOR.

Los psicólogos cognitivos-conductuales, realizamos en numerosas sesiones, lo que nosotros denominamos, reestructuración cognitiva o reestructuración del pensamiento.
Esta técnica es muy utilizada, ya que se ha comprobado, que determinadas formas de pensar o esquemas mentales, pueden mantener el estado de ánimo depresivo, las ansiedad experimentada por algunos pacientes, los celos o diversos tipos de obsesiones, entre otras patologías.
A continuación, detallaremos algunos pequeños consejos, como una pequeña introducción a la terapia cognitiva o terapia de pensamiento, para poner en práctica el cambio de pensamiento. Son diez pequeños “tips” que, en algunos casos, pueden ayudarnos a sentirnos mejor.
1.     Identifica los pensamientos negativos que te asaltan, para poder comprobar hasta qué punto son reales o son solo tu forma de ver las cosas. El identificar tus distorsiones cognitivas, te facilitará pensar en el problema de forma más realista y positiva. Algunas de las distorsiones que frecuentemente llevamos a cabo, son el pensamiento dicotómico de “todo” o “nada”, personalizar creyendo que todo suceso tiene relación directa con nosotros, por ejemplo; “Si Pablo se aburre, es que soy aburrido”, descartar lo positivo de una situación, predecir el futuro, la  lectura de pensamiento, que queda manifiesta cuando decimos; “Ya sé lo que está pensando”, el etiquetaje o hablar mal con nosotros mismos, por ejemplo;” soy un desastre”, “soy débil”, etc…hay muchos errores a la hora de pensar que ayudan a generarnos malestar.
2.    Comprueba la exactitud de los hechos. Si por ejemplo, creemos que no hacemos nunca nada bien, podemos enumerar las cosas que hemos levado a cabo con éxito en la vida, por nimias que parezcan.
3.    Háblate con el mismo sentido en que lo harías con un amigo, que tuviera un problema similar al tuyo. No te hables de forma inflexible y condenatoria.
4.    Haz una prueba para comprobar la validez de tus pensamientos. Por ejemplo, ante un ataque de 
pánico, la angustia lleva a pensar que puede morir de un infarto. En este caso, podrías hacer algo de
jogging o subir y bajar escaleras. Esto demostrará que tu corazón está bien.
5.    Haz una pequeña encuesta entre tus amigos y/o familiares, para ver hasta que punto tus pensamientos y actitudes son realistas o no.
6.    Piensa en matices de grises, nunca pienses en blanco o negro. Asegúrate de que contemplas todas las variables que puedan estar influyendo.
7.    Define los términos, por ejemplo, cuando te calificas te “perdedor”, pregúntate a ti mismo; “¿Qué es para mí un perdedor?¿Y para los demás?¿qué significa realmente ser un perdedor?.
8.    Utiliza términos con menor carga emocional. Hay evitar hablar con el “debería…”es mejor si decimos, “me gustaría”, de esta forma aunque no lo llevemos luego a cabo, no nos sentiremos tan mal, puesto que no nos habíamos impuesto obligación.
9.    Realiza actividades placenteras y que te resulten agradables para aumentar las emociones positivas y facilitar así el ver mejor las cosas.
10.  Realiza algo de deporte o alguna actividad física. Te ayudará a segregar encefalinas y endorfinas, que te ayudarán a tener mayor sensación de calma así como a liberar estrés y despejar la mente.

Es muy importante, que aprendamos a distinguir lo que son pensamientos o nuestra forma de ver las cosas, de cómo realmente lo son.
Según como pensemos, nos sentiremos y finalmente nos conduciremos.
Hablarnos de una forma más flexible y adecuada, ayudará a mantener fuerte nuestra autoestima y a tener un autoconcepto más positivo de nosotros mismos.