lunes, 3 de enero de 2011

¿QUÉ ES LA ENVIDIA?

La envidia es un fenómeno psicológico, muy común , que hace sufrir enormemente a muchas personas, además de, principalmente, a los propios envidiosos. Se trata de un sentimiento de frustración ante algún bien o cualidad positiva de otra persona, típico de las personas más débiles o fracasadas y que forma parte del rasgo humano conocido como narcisismo, desde el que el sujeto experimenta un ansia infatigable de destacar, ser el centro de atención y ser el mejor.
Muchas personas se sienten continuamente amenazadas y angustiadas por los éxitos, la vida y la felicidad de los demás, y viven en perpetua competencia contra todo el mundo, atormentadas sin descanso por la envidia.  Pero, no es sólo que los demás tengan cosas que ellas desean: ¡Es que las desean precisamente porque los demás las tienen! Es decir, para no sentirse menos. Este sufrimiento acaba condicionando su personalidad, su estilo de vida y su felicidad, así como sus relaciones interpersonales.
La envidia es la rabia vengadora del impotente que, en vez de luchar por sus anhelos, prefiere eliminar la competencia ya que le resulta más fácil. El envidioso es un insatisfecho (ya sea por inmadurez, represión, frustración, etc.) que, a menudo, no sabe que lo es. Por ello siente consciente o inconscientemente mucho rencor contra las personas que poseen algo (belleza, éxito, dinero, poder, libertad, amor, personalidad, felicidad, etc.) que él también desea, pero que no puede o muchas veces no quiere desarrollar. Así, en vez de aceptar sus carencias o percatarse de sus deseos y facultades y darles curso, el envidioso odia y desearía destruir a toda persona que, como un espejo, le recuerda su privación.
Las formas de expresión de la envidia son muy numerosas: críticas, rechazo, ofensas, difamación, rivalidad... Y puede quedar manifiesta explícitamente o quedar implícita en diferentes tipos de comportamientos o procesos cognitivos. Por ejemplo, en ocasiones, las personas envidiosas intentan demostrar a todas horas sus altos conocimientos en algún tema o ponen continuamente a prueba a los demás, ya que la envidia suele ir acompañada de un complejo de inferioridad.
No hay que confundir la envidia con los celos, ya que son sentimientos muy distintos. Los celos nacen de la inseguridad y del miedo a perder el afecto de la persona amada. La envidia nace de las carencias del sujeto, que quiere destruir al objeto-espejo.

En suma, cuanto más débil, insatisfecha o narcisista es una persona, tanto más envidiará a la gente que posea lo que a ella le falta. La envidia se cura concienciando y resolviendo las propias carencias y facultades, a través de un proceso de crecimiento emocional con ayuda de un profesional. Tener una buena autoestima y como resultado un buen autoconcepto, aumentar nuestra percepción de autoeficacia y trabajar para conseguir nuestros anhelos, desarrollar la autoconfianza, así como el madurar y saber aceptarnos con nuestras virtudes y nuestros defectos, nos evitarán caer en la envidia.