Cuantas veces
hemos acabado haciendo algo que no queríamos, y cuantas veces nos hemos enfadado
con nosotros mismos por no saber decir que no.
La
asertividad es una habilidad social poco conocida entre algunas personas.
Podríamos
diferenciar entre tres estilos o
estrategias a la hora de comunicarnos;
El estilo
inhibido, característico de personas dependientes y con pobre autoestima, que
acaban siendo fáciles de manipular y que acaban acumulando malestar, por no ser
escuchadas o sentir que no llevan las riendas de su vida y que acaban haciendo
lo que otros quieren, y no lo que ellas desean.
El estilo
agresivo, siendo todo lo contrario. Es característico de personas más
dominantes que acaban teniendo problemas a la hora de relacionarse y
comunicarse precisamente por su agresividad.
Y en un punto
intermedio nos encontraríamos con la asertividad. La asertividad es la
expresión de una sana autoestima. Una persona asertiva consigue sus objetivos
sin dañar a los demás. Actúa y dice lo
que siente, en el momento, el lugar adecuado y de la manera adecuada, con
franqueza y respeto. Son auténticos en sus actos, están seguros de sus
creencias y tiene capacidad para decidir.
La
asertividad, es un modelo de relación interpersonal y de estilo comunicacional
que consiste en conocer los propios derechos y defenderlos, respetando a los
demás. Pero...¿Cómo podemos hacerlo?
1º
Empatizaremos con nuestro interlocutor. Le haremos saber que estamos
comprendiéndolo, que nos ponemos en su lugar y además, le reforzaremos
cualidades positivas suyas. Un ejemplo sería; “Entiendo que tu…..” “Además tu
eres….(alguna cualidad positiva. Ejm. muy trabajador, serio, organizado…)”
2ª Expreso lo
que pienso o siento. Una vez lo tengamos más receptivo puesto que ha visto que
le comprendemos y valoramos sus puntos fuertes, le haremos saber cuál nuestra
opinión o que queremos hacer. Un ejemplo sería; “Pero yo…”, “Pero a mi…”
3º Para
terminar le daremos una alternativa pero sin desviarnos de nuestro propósito,
para que vea que somos flexibles y no sienta que le imponemos algo.
Un ejemplo
sería; “Luego que te parece si…”
Practicando
estos 3 sencillos pasos, podremos observar como nuestros interlocutores
reaccionan de otra manera mucho más positiva, además de que nos sentiremos
mucho más seguros, así como más capaces expresar sin temor lo que sentimos o pensamos.
El
entrenamiento en asertividad se suele trabajar mucho en consulta ya que es una
herramienta muy poderosa tanto a nivel personal como profesional y suele ir
acompañada de un entrenamiento en habilidades sociales.
Te animas a
ser más asertivo???!!!!