miércoles, 27 de agosto de 2014

APRENDER A DECIR “NO”. TRES SENCILLOS PASOS.

Cuantas veces hemos acabado haciendo algo que no queríamos, y cuantas veces nos hemos enfadado con nosotros mismos por no saber decir que no.
La asertividad es una habilidad social poco conocida entre algunas personas.
Podríamos diferenciar entre tres estilos  o estrategias a la hora de comunicarnos;
El estilo inhibido, característico de personas dependientes y con pobre autoestima, que acaban siendo fáciles de manipular y que acaban acumulando malestar, por no ser escuchadas o sentir que no llevan las riendas de su vida y que acaban haciendo lo que otros quieren, y no lo que ellas desean.
El estilo agresivo, siendo todo lo contrario. Es característico de personas más dominantes que acaban teniendo problemas a la hora de relacionarse y comunicarse precisamente por su agresividad.
Y en un punto intermedio nos encontraríamos con la asertividad. La asertividad es la expresión de una sana autoestima. Una persona asertiva consigue sus objetivos sin dañar a los demás. Actúa  y dice lo que siente, en el momento, el lugar adecuado y de la manera adecuada, con franqueza y respeto. Son auténticos en sus actos, están seguros de sus creencias y tiene capacidad para decidir.

La asertividad, es un modelo de relación interpersonal y de estilo comunicacional que consiste en conocer los propios derechos y defenderlos, respetando a los demás. Pero...¿Cómo podemos hacerlo?

1º Empatizaremos con nuestro interlocutor. Le haremos saber que estamos comprendiéndolo, que nos ponemos en su lugar y además, le reforzaremos cualidades positivas suyas. Un ejemplo sería; “Entiendo que tu…..” “Además tu eres….(alguna cualidad positiva. Ejm. muy trabajador, serio, organizado…)”

2ª Expreso lo que pienso o siento. Una vez lo tengamos más receptivo puesto que ha visto que le comprendemos y valoramos sus puntos fuertes, le haremos saber cuál nuestra opinión o que queremos hacer. Un ejemplo sería; “Pero yo…”, “Pero a mi…”

3º Para terminar le daremos una alternativa pero sin desviarnos de nuestro propósito, para que vea que somos flexibles y no sienta que le imponemos algo.
Un ejemplo sería; “Luego que te parece si…”

Practicando estos 3 sencillos pasos, podremos observar como nuestros interlocutores reaccionan de otra manera mucho más positiva, además de que nos sentiremos mucho más seguros, así como más capaces expresar sin temor lo que sentimos o pensamos.
El entrenamiento en asertividad se suele trabajar mucho en consulta ya que es una herramienta muy poderosa tanto a nivel personal como profesional y suele ir acompañada de un entrenamiento en habilidades sociales.


Te animas a ser más asertivo???!!!!