Así es, por mucho que nos tomáramos a risa, cuando Aida Nizar, de "Gran Hermano, hablaba en tercera persona, desconociendo si es su caso, hablarse en tercera persona ayuda a regular las emociones y nos ayuda a tomar perspectiva ante una situación complicada.
Pensar en tercera persona cuando nos enfrentamos a acontecimientos negativos puede ayudarnos a controlar mejor nuestras emociones, y el estrés que podamos experimentar.
"Un grupo de investigadores de la Universidad Estatal de Michigan y de la Universidad de Michigan, ambas en EEUU, han hecho una investigación con dos estudios en los que han observado que el diálogo interno en tercera persona en situaciones de estrés puede ayudar al autocontrol y evitar así que nos afecte en exceso o en su extremo que nos bloqueemos.
Al abordar los problemas desde un punto de vista externo se produce una menor reacción emocional y se ven las cosas desde otra perspectiva. Nos permite tomar distancia, controlar más las emociones que tanto nublan la razón y ver las cosas de manera más objetiva.
Un ejercicio para practicar podría ser;
Cuando tengas un problema o no veas con claridad algo toma asiento, respira tranquila y despacio, toma lápiz y papel. Imagina que el problema te lo cuenta tu yo más jóven, que te lo ha escrito en una carta que acabas de leer. Respóndele tu de igual manera. Hazle una carta a tu yo más jóven, intentando ver las cosas con claridad desde tu yo maduro.
El mismo ejercicio se puede hacer hablando primero como si fueras el yo más jóven e inexperto, y luego cambiándo por ejemplo de silla, desde tu yo más maduro.