martes, 26 de junio de 2018

AGRESORES SEXUALES JUVENILES. Solos o en "Manada".


Tras el aumento en los medios de comunicación de noticias relacionadas con agresiones sexuales en jóvenes o en grupo, parece que hay una pregunta en el aire; ¿Qué está ocurriendo?, ¿Realmente están aumentando las agresiones y abusos sexuales entre los jóvenes?.

Hay que decir, que más que aumentar las agresiones, lo que ocurre es que denunciamos más. Las denuncias por violación han aumentado hasta en  un 28,4% en el primer trimestre en España, (371 delitos de este tipo). Solo en la comunidad de Madrid, se puede atender hasta 200 violaciones al año. En el caso de abusos sexuales, aproximadamente, el 50%  fueron cometidos por familiares y el 30% por conocidos.

Las redes sociales y el acceso a ciertos contenidos en internet, tienen un papel fundamental en el desarrollo de conductas desviadas en el sexo entre los adolescentes. Su fácil accesibilidad y poder mantener el anonimato, son variables que hacen que los jóvenes lo utilicen sin límites. Aproximadamente, el 85% de menores entre los 12 y los 18 años ha consumido o consume pornografía.
El aprendizaje de sexo a través de conductas agresivas que pueden aparecer en la pornografía, hacen que se desarrolle e interiorice erróneamente actitudes agresivas en el ámbito sexual.

Tras realizar un estudio, con datos de 63 menores infractores, que habían cometido al menos un delito sexual y cumplido una medida de internamiento en la Comunidad de Madrid por estos hechos, entre los años 2006 y 2015, se ha  objetivado la existencia de dos perfiles claramente diferenciados en función de la víctima en los agresores sexuales juveniles, los Adolescentes que agreden sexualmente a Menores o “AM” y los Adolescentes que agreden sexualmente a iguales o adultos, “AI”.

Perfil de los Agresores sexuales de Menores (AM):

-Menor historial antisocial.
-Consumen menos drogas.
-Están más aislados socialmente.
-Menos absentismo en la escuela.
-Más alteraciones emocionales como ansiedad o depresión y más neuroticismo.
-Presentan baja autoestima.
-Estilo de afrontamiento generalmente pasivo.
-Suelen actuar en solitario.
-No suele haber otro tipo de delitos no sexuales.
-Mayores niveles de victimización previa (abuso sexual y/o acoso escolar). Suelen haber estado expuestos en mayor medida a la pornografía o a la violencia en la propia familia, mostrando intereses sexuales desviados.

Respecto a las víctimas: Pueden agredir tanto a chicos como a chicas y tienden a seleccionar a las víctimas, con las que tienen relación de confianza, por lo que no hacen tanto uso de la violencia.


Perfil de los Agresores Sexuales de Iguales (AI):

Por otro lado, los AI tienen un perfil semejante a los menores infractores generales sin delitos sexuales. Presentan un perfil más psicopático, al presentar:

-Conductas más disruptivas en la infancia.
-Un mayor historial delictivo.
-Un mayor consumo de drogas.
-Un grupo de iguales más disocial.
-Peor ajuste escolar con mayor absentismo en la escuela.
-Actitudes y creencias más antisociales.
-Estilo de afrontamiento más agresivo.
-Pueden actuar en solitario o en grupo.
-Si suele haber otros delitos no sexuales.

Respecto a las víctimas: Agreden más a chicas conocidas, seguido de desconocidas, y suelen ejercer mayor violencia.

Pueden hacerlo en grupo. –En grupo aparecen mecanismos de defensa desresponsabilizadores que facilitan la participación en la agresión-. Por otro lado, en adolescentes, estarían presentes variables propias de la adolescencia como, el sentimiento de invulnerabilidad o la presión del grupo de iguales y la necesidad de pertenencia a dicho grupo.
En la actualidad, se está constatando un mayor uso de drogas a la hora de cometer el delito. El que la víctima haya consumido drogas, podría actuar como eximente parcial, y como consecuencia,  que lo imputable sea un delito de abuso y no de agresión sexual, ya que no hay violencia o intimidación.

En lo que se refiere a INTERVENCIÓN PSICOLÓGICA, la hora del tratamiento psicológico, es muy importante una adecuada evaluación psicológica y valoración del caso, así como  una intervención específica en cada uno.

En el caso de los AI, habría que seguir una intervención destinada a minimizar aquellas conductas más externalizantes y relacionadas con el comportamiento antisocial y violento general en adolescentes, como puedan ser la agresividad, la impulsividad y la búsqueda de sensaciones.

En el caso de los AM, el objetivo central de intervención debería ser la adquisición de un repertorio adecuado de habilidades sociales que favoreciera su integración social, aumentando su autoestima y mejorando sus expectativas en las interacciones sociales.

En ambos casos se deberá prestar especial atención a las distorsiones cognitivas que dificulten la asunción de responsabilidades derivadas de su comportamiento.


MARISA HERNÁNDEZ TORRIJO.
PSICÓLOGA FORENSE. (Nº Col. A-01857)