Una evaluación psicológica forense no se limita solamente a emitir un diagnóstico, sino que se trata de una evaluación más exahustiva.
Este tipo de trabajo en primer lugar conlleva el estudio del caso y de toda la información médico legal, así como información del procedimiento; tipo de demanda o denuncia, delito imputado, qué es lo que se necesita comprobar y ante quién, si es un contrainforme lo necesario, etc.
En segundo lugar se procederá a la evaluación psicológica pericial. Dicha evaluación psicológica forense, conlleva un tipo de entrevista clínica semiestructurada o tipos de entrevista como la entrevista cognitiva, donde se aumenta el recuerdo del implicado en el suceso. Además, será imprescindible la aplicación de pruebas psicométricas específicas para este tipo de valoraciones, donde es necesario que tengan escalas para detectar la simulación, sobresimulación o disimulación, pudiendo valorar la credibilidad del testimonio y que junto con otro tipo de pruebas o documentación aportada al caso, podrán acercar al perito a unas acertadas conclusiones.
El objetivo final de tal evaluación forense es informar y asesorar a letrados y tribunales, en lo que se refiere a los procesos psicológicos, patrones clínicos de personalidad o posible psicopatología si la hubiera y evaluación de las capacidades cognitivas y volitivas del imputado.