domingo, 13 de mayo de 2012

CEFALEAS TENSIONALES

La cefalea tensional es un dolor o molestia en la cabeza, el cuero cabelludo o el cuello, generalmente asociado a la tensión de los músculos de estas áreas.
Las contracciones de estos músculos pueden ser como consecuencia de un traumatismo craneal o como una respuesta al estrés, la depresión o la ansiedad.
Es una de las formas más comunes de dolor de cabeza, y puede ocurrir a cualquier edad, aunque es más común entre adultos y adolescentes.
El dolor puede ocurrir como un episodio aislado o de manera constante, y puede durar de 30 minutos a 7 días.

Las situaciones de estrés, el cansancio, el consumo de alcohol, la cafeína, el bruxismo, el consumo excesivo de tabaco, la tensión ocular o un esfuerzo excesivo, pueden ser otros desencadenantes de las cefaleas tensionales.
Medicamentos como la aspirina, el ibuprofeno o el paracetamol, pueden ayudarnos, pero si es debido a un proceso de ansiedad o al estrés, deberemos apostar por un tratamiento con apoyo psicológico, ya que mientras que no cambiemos nuestros hábitos o los factores mantenedores de éstos, estaremos tratando los síntomas pero no la causa.
Las técnicas de relajación, así como identificar los pensamientos y las situaciones que nos producen ansiedad o estrés, para aprender a afrontarnos de forma más adecuada y saber regularnos emocionalmente, pueden servirnos para tratar de una forma más acertada este tipo de dolor de cabeza.

martes, 24 de abril de 2012

PROBLEMAS DE CONTROL DE IMPULSOS

El control de impulsos tiene como resultado el poder vivir en sociedad,  el aceptar las normas y cumplir las leyes, el respeto entre nosotros, etc… por todo esto una alteración en el manejo de los mismos nos va a perjudicar a nivel personal y va a dificultar nuestras relaciones sociales, así como nos puede traer problemas a nivel laboral o familiar.
Las personas que tienen dificultades para controlar sus impulsos se ven incapaces de resistirse a un impulso, un deseo o la tentación de llevar a cabo un acto que los puede perjudicar a ellos personalmente o a otras personas.
Algunas afectaciones son:
-Trastorno explosivo intermitente (la persona tiene episodios donde no puede controlar los impulsos agresivos)
-Cleptomanía (impulso de robar objetos no necesariamente necesarios o de valor)
-Piromanía (fascinación por el fuego y gratificación en provocarlo)
-Juego patológico o ludopatía (la persona tiene un comportamiento de juego desadaptativo, persistente, que va en aumento y produce una disfunción social, familiar y económica)
-Tricotilomanía (falta del control de impulsos de arrancarse los pelos)
En este tipo de trastornos es especialmente importante, antes de iniciar el tratamiento, realizar una evaluación clínica, para determinar el síndrome y junto con un diagnostico diferencial, distinguirlo de posibles trastornos asociados, ya que muchos trastornos psiquiátricos incorporan este problema como parte de su sintomatología propia o son comórbidos (es decir, van unidos) con un trastorno de pérdida del control de impulsos.
Con el tratamiento psicológico, se pretende que la persona aprenda a controlar sus impulsos. Inicialmente la persona autoevalúa el grado de perjuicio de esa falta de control del impulso hacia él o hacia los demás. Además, se le invita a que autoobserve su impulso y se determina en que situaciones aparece con mayor frecuencia, que factores inciden o hacen que se mantenga esa conducta, las sensaciones físicas que experimenta, los pensamientos asociados, etc.
Después de un riguroso análisis se entrena a la persona en técnicas psicológicas para controlar la impulsividad y desarrollar formas más adaptadas para afrontar aquellas situaciones.