jueves, 30 de agosto de 2012

BULIMIA NERVIOSA.

La Bulimia nerviosa, es un trastorno de la conducta alimentaria, es decir, se adoptan conductas que se alejan de unos hábitos alimentarios saludables. Dicho trastorno, afecta mayoritariamente a mujeres y suele manifestarse en la adolescencia o principios de edad adulta, aunque, cada vez hay más casos, donde suele aparecer más tarde, ya que en este tipo de trastorno, se puede tardar hasta 5 años en pedir ayuda.
La Bulimia nerviosa se caracteriza por:
Presencia de atracones recurrentes, los atracones son en un periodo corto de tiempo y van acompañados de sensación de pérdida de control.
Se realizan conductas compensatorias inapropiadas para no ganar peso, como uso de laxantes, inducción del vómito, ejercicio físico excesivo…
Y además, hay una autoevaluación exageradamente influida por el peso corporal y la silueta.

Existen dos tipos de Bulimia Nerviosa; de tipo purgativa, donde hay uso de laxantes, diuréticos e inducción del vómito, y de tipo no purgativa, donde las conductas compensatorias son ayuno o ejercicio intenso, pero no hay vómitos ni uso de laxantes o diuréticos.

Es una enfermedad que tiene consecuencias:
Físicas; pérdida de esmalte en los dientes, daños en encías, paladar o garganta, calambres y debilidad muscular, deshidratación, ansiedad, insomnio, callosidades y erosiones en manos…
Cognitivas; Pensamientos persistentes referidos a la comida, el peso o la imagen, fenómenos obsesivos compulsivos, (pensamientos recurrentes y circulares acompañados de conductas extravagantes, y relacionados con el peso y la comida), distorsiones de pensamiento…
Perceptivas; La representación mental que se tiene del cuerpo aparece alterada, los estímulos internos de hambre, saciedad o fatiga parecen no ser percibidos...
Y emocionales; Baja autoestima, sintomatología depresiva, fobia social, ansiedad…

A diferencia de la Anorexia nerviosa, en este tipo de trastorno, si suelen ser conscientes de la enfermedad, además, suelen ser chicas extrovertidas y activas sexualmente, su aspecto es saludable e incluso con algo de sobrepeso, y hay mayor concienciación de sus estados internos y sentimientos.

En este tipo de enfermedad, el tratamiento farmacológico puede ayudar en lo que se refiere a control de impulsos o sintomatología depresiva, pero también es necesario, un tratamiento psicológico, que tenga como objeto entre otras cosas, corregir el pensamiento distorsionado, reducir la ansiedad y adquirir unos hábitos alimentarios más adecuados.