El coaching es
un proceso de entrenamiento individual,
estructurado de forma que permita a una persona desarrollar su potencial y aumentar
su nivel de resultado. Se basa en una relación de colaboración y un proceso claro, centrado en objetivos que deben lograrse y en los medios que
permiten a las personas interesadas pasar a la acción. Al trabajar con su
cliente en un ambiente enteramente confidencial, el coach ayuda a éste a suprimir los obstáculos que le frenan y le
ofrecen desafíos que les permiten alcanzar nuevos niveles de éxito”.
Un coach no es
alguien que vendrá con su varita mágica a solucionarte tus problemas. No es un
consultor, un mentor, un psicólogo, un asesor o un terapeuta. Aunque pueda
compartir ciertos rasgos, conocimientos o herramientas, con algunas de las
disciplinas mencionadas, un coach es una persona que va a acompañarte en tu
camino personal hacia un objetivo que tu te has impuesto, ayudándote a utilizar
y descubrir todo el potencial existente en ti mismo y logrando que sea el
cliente quien tome la responsabilidad por sus éxitos y por cada paso que da.
El coaching bien realizado y entendido, por ambas partes, trae
consigo unos beneficios impresionantes en cuanto a crecimiento personal y
profesional.
El coach facilitará una
reestructuración de la percepción de realidad, de manera que al ver las cosas
de forma distinta, estemos en disposición de emprender nuevas acciones. En los
negocios, el coaching es una forma sistemática de adiestramiento en el trabajo,
provisto por un profesional externo, un compañero de trabajo o por el
supervisor de la persona.
Generalmente, el coaching busca
construir habilidades como comunicación, resolución de problemas, trabajo en
equipo o ventas. También se utiliza con frecuencia para mejorar características
personales como impacto o asertividad.
Es cierto, que
en donde se comienza a trabajar el coaching es dentro del mundo de las
empresas, utilizado principalmente por psicólogos industriales y que ahora
parece querer expandirse más allá de este ámbito. Además, debido a la falta de
connotación negativa que conlleva su propio nombre, muchas personas están más
dispuestas a trabajar o incluso a reconocer que acuden a un coach, antes que a
un psicólogo, pero no podemos dejar que se metan ambas profesiones en el mismo
saco.
En los últimos
años, por esto y por resultados obtenidos con diferentes personas en diferentes
problemáticas el coaching está en pleno auge, pero hay problemáticas como las
alteraciones de personalidad, adicciones, trastornos de ansiedad, depresión u
otras, donde su eficacia es prácticamente nula, siendo el tratamiento más
efectivo una terapia cognitivo-conductual por parte de un psicólogo clínico.
Es importante
que a la hora de trabajar con un profesional, tengamos claro cuáles son
nuestros objetivos y qué tipo de intervención puede ser la más adecuada. Y lo
digo, y ahora me mojo, porque estos días he tenido que ver en televisión, en concreto en
Telecinco, en el programa Sálvame, como una profesional que a la que se le
denomina coach, utiliza una técnica de desensibilización sistemática con
exposición, para una de las contertulias con el objetivo de tratar su fobia a
los ascensores. Creo que hay que tener cuidado con confundir a la audiencia, ya
que en ese momento el trabajo que se está realizando pertenece a la psicología
clínica y no al coaching, es decir, la
profesional está interviniendo como psicóloga y no como una coach.