domingo, 20 de septiembre de 2015

¿CÓMO INFLUIR EN LOS DEMÁS?

Publicidad, marketing o política, son algunos de los ámbitos, donde se exprime al máximo comportamientos, mensajes o actitudes, que puedan influir en la forma de sentir o conducirse de otras personas.
No somos tan libres como pensamos, desde nuestra infancia vamos asumiendo creencias y valores que junto con la experiencia, serán determinantes a la hora de tomar decisiones o movernos por la vida.

Compromiso;
Las mayoría de las personas se ven empujadas a cumplir aquello con lo que se comprometen.
En un estudio de hostelería, se pudo comprobar que a la hora de realizar una reserva, las personas a las que se les preguntaban si estaban de acuerdo en llamar en caso de cancelación, lo hacían más.
Nos cuesta ir en contra de nuestros compromisos, así como de nuestras creencias o valores. En caso de no realizar una conducta acorde con lo que pensamos o sentimos, aparece un malestar que en psicología denominamos “Disonancia Cognitiva”, ya que se debe a una disonancia entre lo que pensamos y hacemos.

Consenso;
El ser  humano es gregario por naturaleza, y tiene una alta necesidad de pertenencia. A la mayoría de las personas, les gusta saber lo que hacen los demás en esa misma situación y tienden a hacer lo mismo, para sentirse integrados en el grupo.
En otro estudio, dentro del mundo de los hoteles, se pudo comprobar que tras poner en un lugar visible un cartel donde decía; “El 75% de las personas que se han alojado en la habitación han reutilizado sus toallas”, dicho comportamiento aumento en un 33%.

Norma de la reciprocidad;
Cuando damos algo o hacemos un favor a alguien, esta persona se siente obligada a devolver el favor de algún modo. Quedo más que manifiesto, cuando se pidió a algunos camareros que dejarán un caramelo con la factura del restaurante. Cada vez que lo hacían aumentaba la propina dejada por lo clientes.

Valorar la aportación;
Una manera de asegurarnos que nos devolverán el favor prestado, es haciendo que lo recuerden más. Cuando ayudemos a un amigo con alguna situación, en lugar de decir “no es nada”, es mejor decir; “Me alegro de poderte ayudar en esto”, sin darse cuenta, le quedará más fijado en su memoria y le será más fácil recordarlo en un futuro.

Identificación;
Cuando opinamos o hacemos creer a la otra persona que compartimos, creencias, gustos o intereses, hacemos que se sienta identificada con nosotros y será más fácil que nos apoye en una decisión o nos haga un favor.

Además, de todo esto, hay otras formas de influir en los demás, por ello os invito a tener los ojos bien abiertos y a la hora de tomar una decisión, primero nos haremos la siguiente pregunta; ¿Realmente es esto lo que quiero?, En caso contrario, es necesario decir que no. De esta manera, no acabaremos haciendo cosas que no nos apetezcan realmente y no sentiremos el látigo de la disonancia cognitiva, que en un principio tanto intentamos evitar sentir de manera inconsciente.