lunes, 21 de diciembre de 2015

AUMENTA LA CONFIANZA EN TI MISMO.

La confianza en sí mismo es un sutil cóctel de energía y sentimientos constructivos que determinan, alientan y guían nuestros pensamientos y nuestros actos.
“La confianza en sí mismo es el primer secreto del éxito.”
Es una “fuerza interior”, que se expresa a través de nuestros actos, de nuestros pensamientos, de nuestro lenguaje no verbal y que permite activar los recursos necesarios con el fin de responder de manera adecuada a una situación determinada.
Autoestima, seguridad u optimismo, son elementos indispensables para tener confiar en sí mismo.

La confianza en sí mismo se construye desde los primeros meses de vida. La personalidad, la actitud de nuestros padres, el contacto con el mundo exterior, la socialización, así como el entorno en el cual crecemos, condicionan nuestro desarrollo.
Cuando somos niños se adquiere la confianza en las propias competencias, a través del aprendizaje.
En el transcurso del primer año, gracias al contacto físico con su madre, el niño desarrolla un sentimiento de “seguridad interior”. Mediante el tacto y las sensaciones corporales, adquiere conciencia de su envoltura fere conciencia de su envoltura fere s corporales, adquiere conciencia de su envoltura fin de responder de manera adecuada a una ísica, del lugar que ocupa desarrollando un sentimiento de tranquilidad y solidez frente a la situaciones y minimizando el miedo al abandono.
Cuando un niño es reprimido, rechazado o desvalorizado, se le imponen altas metas o exigencias con culto al éxito y continuamente se le señala lo que ha hecho mal,  o por el contrario se le protege en exceso, no se fomenta la autonomía y se le transmite falta de confianza en él, lo más seguro es que desarrolle esa falta de confianza en sí mismo.

Algunas preguntas que puedes hacerte son;
¿Tenía en l a infancia algún talento o sobresalía en algo? ¿Me han apoyado o me han refrenado?
¿Actualmente, en que situaciones particulares no tengo confianza en mí mismo?
¿Cómo se expresa esa sensación?
Arrastrar un sentimiento de inferioridad, suele tener como resultado continua búsqueda de aprobación, dependencia afectiva (miedo a la soledad, al abandono…), física (alcohol, comida...), material o ideológica (trabajo, religión...), somatización, ansiedad social ante ciertas situaciones, tendencia a crear o vivir en su propio mundo, etc…

Piensa en todo lo que puede aportarte confiar en ti y ponte a trabajar en ello.
1.     Haz una lista de cualidades positivas y una lista de posibles defectos transformando éstos últimos en cualidades positivas o bazas ante ciertas situaciones.
2.    Concédete el derecho al error. “La experiencia es el nombre que se da a los propios errores”. Oscar Wilde.
3.    Anota tus mayores éxitos, los momentos en que te has sentido orgulloso de ti, de lo que acabas de hacer.
4.    Anota tus fracasos. Reflexiona sobre ellos y escribe lo que esas experiencias te han aportado de positivo. Saca un aprendizaje.
5.    Descubre tus frenos. ¿Qué pensamientos automáticos tengo? ¿Qué creencias personales? ¿Qué me digo a mi mismo? Nosotros somos los primeros que nos escuchamos, por ello es muy importante tener un habla interna positiva y cuidadora.
6.    Utiliza el método Coué de autosugestión consciente. Repite 20 veces 3 veces al día en voz alta un pensamiento positivo general o relativo a un objetivo particular
7.    Evita compararte, generalizar o prestar sólo atención a los detalles negativos. Trabaja sobre tus errores de pensamiento.
8.    Fíjate objetivos realistas, claros y bien definidos, que sean fáciles de conseguir y que aumenten su sentimiento de autoeficacia. Puedes fijarlos como pequeños pasos hacia una meta final y detrás de cada uno fija una pequeña recompensa.
9.    Identifica los posibles obstáculos y busca recursos para superarlos.
10.  Pregúntate qué podrías cambiar para ganar confianza en ti mismo y empieza a hacerlo, (vestimenta, aspecto general, tics, costumbres, lenguaje no verbal…).

En resumen; deja de juzgarte. Tener confianza en sí mismo es estar bien consigo mismo, conocerse y valorarse, ser consciente de las propias capacidades, cualidades y defectos, ser capaz de reaccionar espontáneamente con acierto respecto a una situación, escuchar los deseos y necesidades  propias, tener objetivos y poner todos los medios para alcanzarlos.