Cada vez son más los casos que
escuchamos de personas que aparentan llevar una vida normal, pero que la
alternan con otro tipo de vida.
No es raro que personas
terriblemente normales y encantadoras, escondan secretos a su familia, pareja,
compañeros de trabajo y amigos. A veces, vidas enteras.
Pueden tener vidas donde estafan,
delinquen, acuden a servicios de prostitución o consumen cocaína.
No hablamos de patologías ni de
un trastorno doble o múltiple de personalidad. Hablamos de personas que estando
en pleno uso de sus capacidades cognitivas, emocionales y conductuales mantienen
DOS VIDAS distintas.
Una doble vida al menos desde el
punto de vista psicológico no es más que una mentira hipertrofiada y sostenida
en el tiempo que corresponde a una personalidad alterada o psicopática.
Por otro lado, no olvidemos que
mentir, es más fácil y seguro muchas veces que decir la verdad. Muchas veces
mentir es más fácil psicológicamente, económicamente y socialmente que dejar a
la pareja.
Algunas dobles vidas suelen
comenzar por accidente, una mentira lleva a la siguiente y sin darnos cuenta
nos vemos atrapados, pero en muchos casos, son PERSONALIDADES PSICOPÁTICAS, donde comprenden la diferencia entre
lo bueno y lo malo pero no les importa y donde la mentira les permite
manipular. Solo importa satisfacer sus necesidades.
Vivimos una sociedad que ha
cambiado mucho en los últimos años. El aumento de redes sociales, el móvil,
horarios flexibles de trabajo o moverse geográficamente, tarjetas VISA de
establecimientos, que la mujer esté ocupada trabajando y no tener hijos, entre
otros factores, hace que sea más fácil llevar una doble vida.
Una sociedad cada vez más
individualista y psicopática, llena de problemas de autoestima, donde el ser
aceptados o gustar es una necesidad y el éxito social cobra especial
importancia, junto con el malestar acumulado por lo difícil que está todo,
entre otras cosas, hace que florezcan cada vez más casos.
¿Cómo es posible?
Algunas cosas como las nuevas
tecnologías, hacen que sea más fácil llevar una doble vida:
-Aplicación de CUENTA DUAL de WhatsApp
”. Permite tener dos WhatsApp en el mismo número de móvil.
-En Google o en Chrome y en
muchos móviles, se puede NAVEGAR DE INCÓGNITO, por lo que no quedará huella de
nuestras visitas en la red en el historial.
-RECURSOS en el móvil. Llamamos
recursos a fotografías o localizaciones, que no son del momento actual en que
las envían, pero que las tienen guardadas para enviarlas cuando necesiten
justificarse.
¿Qué puede hacernos sospechar?
-Suelen sacar casi a diario un
tiempo a veces tan solo minutos para poder ESTAR A SOLAS con el móvil o el
ordenador. Por ejemplo; “Me bajo al coche a por una cosa”. DESAPARECEN en
reuniones familiares o de amigos con el móvil.
-Momentos del día en que no queda
claro donde estaban o hay INFORMACIONES CONTRADICTORIAS. A veces citas con
amigos o compañeros que no conocemos.
-CONDUCTAS COMPENSATORIAS. Un
regalo inesperado a la pareja, notas de amor, mensajes bonitos, etc.
-Más de cariño EN PÚBLICO que en
casa o en privado.
-CAMBIOS EN EL COMPORTAMIENTO o
en la rutina. Acuden más al baño con su móvil, se duchan más veces, no se
muestran del todo desnudos para esconder evidencias físicas. Pueden estar más
callados en casa o mucho más animados de lo normal para compensar.
-CAMBIOS DE HORARIO. Salen más
tarde de trabajar, entran antes o aparecen reuniones nuevas. Cambian sus
horarios de gimnasio o de actividades lúdicas. Se acuestan más tarde.
-CAMBIOS EN LA IMAGEN. Cambian de
estilo de vestir, de pelo o se hacen algún "arreglito", se ponen gafas sin
cristales graduados, etc. Juegan con una doble identidad.
-RETIRADAS DE EFECTIVO, o salidas
de dinero de la cuenta sin una explicación concreta o convincente.
-DESEO SEXUAL INHIBIDO o cambios
en el comportamiento sexual. Algunos pueden hacer o proponer cosas nuevas.
-DIFERENCIA ENTRE LO QUE DICEN Y
HACEN. Predican una cosa pero luego hacen otra. Por ejemplo; Dicen que no
tienen dinero pero luego compran mucho.
-FIJARSE EN LAS MICROEXPRESIONES,
puede ser difícil pero podemos sospechar que están mintiendo. Cuando no
sospechamos no las notamos porque son muy sutiles y rápidas pero si los
observamos y prestamos atención pueden revelar las emociones que intentan
ocultar.
Una persona que esté mintiendo
puede bajar la voz o alzarla como defensa. Suele haber latencia de respuesta,
ya que tienen que pensar la excusa o la respuesta adecuada, y pueden evitar
mirar a los ojos.